Narrada con un estilo incisivo y salpicado de destellos líricos, Múgica ha pretendido con esta novela rendir un sentido homenaje a las víctimas del terrorismo, de cualquier terrorismo, situando el eje de la trama en el fatídico 11-M, fecha en la que arranca una historia dura, emotiva y tierna que saca a la luz lo mejor y lo peor del ser humano.
El punto departida es la desaparición de la joven Gadea el mismo día en el que, en la estación madrileña de Atocha, los trenes estallan. Es un 11 de marzo. Sus hermanas Estela y Malena la buscan denodadamente, temen que estuviera en uno de aquellos trenes. Y la busca también Judá, escritor frustrado, enamorado de ella hasta el tuétano.
Pero pasan las horas, los días, y no hay noticias de Gadea. Durante esa angustiosa búsqueda, los diversos personajes que la trataron rememoran el tiempo pasado junto a ella, el modo en que influyó en sus vidas, y las circunstancias que propiciaron su internamiento en un lóbrego centro psiquiátrico; una decisión adoptada por Eneko, su padre, un hombre marcado por el fundamentalismo religioso, cuyas obsesiones gravitan sobre el clan familiar.
Daniel Múgica, autor de títulos tan celebrados como Corazón negro, La ciudad de abajo, Uno se vuelve loco o Bienvenido ala tormenta, sumerge al lector en una trama y unos personajes inolvidables,como el mayor atentado, por el número de víctimas asesinadas, jamás sufrido en España.