Murilo Mendes

Murilo Mendes (Juiz de Fora, Minas Gerais, 1901) es hoy conocido como referente central de la gran poesía brasileña del siglo XX y cabeza visible del movimiento literario vanguardista en Brasil. Telegrafista, dentista, archivero, desde muy joven tuvo una tendencia clara por la creación artística. Con 16 años protagoniza una fuga de su residencia escolar para asistir a la presentación en Río de Janeiro del mítico bailarín y coreógrafo ruso Nijinski. Después de dejar algunos estudios y renunciar a una carrera profesional de familia, marcha a Río de Janeiro en 1920 y empieza a colaborar en las primeras revistas de vanguardia brasileñas, con especial brillantez en la crítica de artes plásticas. Una década después, y con financiación familiar, publica su primer poemario. Desde entonces deja memorables libros de poesía: Historia del Brasil, Tiempo y eternidad -en colaboración con Jorge de Lima-, La poesía en pánico, El visionario, Las metamorfosis, Mundo enigma, Poesía libertad, Ventana del caos, Contemplación de Ouro Preto, Siciliana o este Tempo espanhol, entre otros. En 1934, tras la muerte de Ismael Nery, su amigo pintor, poeta y filósofo, sufre una crisis espiritual que le hace convertirse al catolicismo y convertir éste en uno de los sesgos constantes de su obra. En 1944 reúne en El discípulo de Emaús más de setecientos cincuenta aforismos. Por este mismo tiempo contrae matrimonio con la hija de Jaime Cortesão, poeta e historiador portugués, a quién está dedicado Tiempo español, que se encontraba exiliado en Brasil a causa de su oposición al régimen de Salazar. En los años cincuenta se traslada a Europa mediante una misión cultural y docente en la Universidad de Roma, y convierte su residencia romana en un centro de referencia para artistas plásticos y escritores. Recibió el Premio Internacional de Poesía Etna-Taormina en 1972. Murió el 13 de agosto de 1975 en Lisboa.