El nuevo refranero

Sepa es uno de esos seres que parece que son de otro mundo. No de otro mundo, más bien, como si supiera cosas del mundo que el resto no sabemos. Y no hablo de saberes que se enseñan en la escuela, ni lo que se encuentra en los libros. No. Hablo de entendimientos sobre el propio mundo, sobre la vida, la muerte y las dimensiones.
Una vez dije que Sepa tiene la moral de un perro. Ya no lo sé. Ahora pienso que es un ente de esos que aparecen en un viaje de DMT. Encamina y muestra. Luego te deja solo. Bueno, solo no, porque después de que se te aparecen esas criaturas y después de entrar en el universo de Sepa, la soledad se vuelve imposible. Ni siquiera por elección, sino porque la marcha atrás deja de existir como opción.
SEPA plantea una reflexión radical acerca de qué es ser individuos, miembros de una colectividad y en última instancia, seres vivos en el siglo XXI.
Se empecina en resolver la pregunta asumiendo esta tarea imposible como zanahoria a la que perseguir para llegar en esta búsqueda lo más lejos posible.