Ante la avalancha de ideologías varias y el crecimiento de la IA, la Escuela no debe estar gastando sus energías principalmente en las metodologías activas de aprendizaje y la digitalización, sino fortaleciendo y facilitando el aprendizaje de las Humanidades y la Cultura. Ésta es la clave de la educación presente y futura; hacer madurar a nuestros hijos y alumnos, para que en el futuro formen parte de una sociedad madura, no manipulable, que sepa potenciar todos los recursos que desarrolle la Humanidad. La pregunta que te puedes estar haciendo, cuando has empezado a leer este artículo, es si ha sido elaborado por Inteligencia Artificial (IA), o es del autor que lo firma, ya que desde hace unos meses cabe la duda con Chat GTP. Pero eso es algo anecdótico, porque lo importante de este artículo es si te va a aportar algo. Eso no quita que te rete a que averigües, tras su lectura, quién es su autor. Pero la cuestión importante es ¿cómo podemos hacer que la educación mejore con la aparición de nuevas herramientas tecnológicas IA? El crecimiento meteórico de usuarios de Chat GTP en tan solo unos meses, nos ha estremecido a muchos. Pero este cambio de era, si lo miramos de manera sosegada no tiene por qué ser una amenaza, sino como una oportunidad. En concreto en Educación es un motivo más para la búsqueda de la excelencia en nuestros hijos o alumnos, en vez de una manera de facilitar que se cumpla la ley del mínimo esfuerzo. Para conseguir sacar lo mejor de los estudiantes, hay que reflexionar sobre cómo implementar esta herramienta, para que desarrolle las facultades humanas de los estudiante y no las atrofie. Hacerlo rápido y de cualquier manera, a la larga, puede salir caro. Decía recientemente en un artículo de la IA en The Objective, Gregorio Luri: «La inteligencia artificial presenta herramientas maravillosas y grandes utilidades, pero siempre dependiendo de la propia formación y la propia cultura». Por lo tanto la Escuela, si está pensando en el perfil de salida de sus alumnos, no sólo debe estar pendiente de las STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), sino también y sobre todo, de la cultura amplia y profunda de todas las humanidades. Lo mismo podemos concluir de las florecientes y variadas ideologías que nos invaden, que parecen que han salido de manera supuestamente espontánea, pero que son fruto de la ingeniería social. Si queremos saber tener criterio propio, desde bien pequeños, es necesario cultivarse con la lectura y con otras habilidades que se desarrollan con una buena educación. Pero ¿qué es la cultura?Por cultura podemos entender lo que decía André Maurois, es lo que queda después de haber olvidado lo que se aprendió. Esto dentro de la Escuela supone enseñar o aprender para que deje huella. Es decir que no sea sólo el superar unas pruebas, sino «cultivar» en nuestros alumnos un conocimiento que sea útil, pero a la vez, que dé sentido a sus vidas dentro de una sociedad. Si conseguimos alumnos cultos, que tengan criterio propio, afán de saber y que vayan relacionando los nuevos conocimientos, con los ya asimilados, tendremos alumnos preparados para usar las herramientas. En Empantallados.com, una plataforma para padres y madres, sobre el uso de la tecnología, sugieren como criterio para la entrega del primer móvil, que tu hijo sea capaz de gestionar su ropa del armario, el orden de su cuarto o mantener un nivel académico alto. Si es capaz de gestionar su vida diaria, podrá usar el móvil correctamente, siempre y cuando haya un enseñanza en su uso por parte de los padres, y un aprendizaje progresivo por parte del hijo. Ese criterio me parece igual de útil para la IA y otras herramientas. Por eso la familia que deje usar esta tecnología, sin tener claro este criterio, hará un flaco favor a sus hijos. Porque además de generar una adicción, cuando su cerebro está en pleno desarrollo, no le ayudará a madurar ni a cultivarse, de tal manera que no sacará un partido adecuado a la tecnología. ¿Cómo desarrollar la cultura en nuestros alumnos, frente a la facilidad que nos proporciona la IA?Para desarrollar estas habilidades hay que potenciar 6 habilidades básicas en educación que son: - La Lectura es la primera y más importante. Se trata de leer, diariamente, una amplia variedad de libros adecuados a la edad y nivel cultural del lector. Para adquirir cultura y para desarrollar la comprensión lectora. - La Escritura. Expresando lo aprendido por escrito, de manera habitual. - La Expresión oral. En la que mostramos nuestras ideas en público. Se puede practicar mediante breves presentaciones, podcast, recitación de poesías, obras de teatro, o mediante la lectura en voz alta. - También escuchando con atención. No solo a los más cercanos, si no también a los que nos rodean. O también escuchando contenidos temáticos de un podcast, de vídeos,... Adecuados a nuestra edad y nivel cultural. Y después de escuchar, debatiendo con argumentos que resten lo escuchado, para sacar conclusiones. - Memorizando, ya que es fundamental para que quede lo aprendido. En el mismo artículo mencionado anteriormente, Luri decía: «la memorización es maravillosa, aunque haya quien quiera desmontarla». La idea que transmite es que no es lo mismo la información que el conocimiento. Y para que haya conocimiento y nos cultivemos, tiene que haber memorización. - Por último desarrollando el entendimiento y el pensamiento. Para entender lo memorizado y dar sentido a lo aprendido, hay que dedicar tiempo a reflexionar lo leído y escuchado. Lo cual requiere tiempo y la rutina diaria de estudiar, para no dejarnos llevar por la improvisación, cuando se dejan las cosas para última hora. Estas habilidades básicas se deben desarrollar en casa, con la ayuda de los padres. Y en clase, con actividades que fomenten la mejora de estas habilidades. Cuánto más hayan desarrollado estas habilidades nuestros hijos o alumnos, más preparados estarán para el uso de la tecnología. Porque estarán cultivados y culturizados, y por tanto mejor preparados. El ejemplo de los adultos, como siempre en la vida, hará que esto impacte sobre ellos con mayor fuerza. Por eso, el hábito por mejorar estas habilidades básicas por parte del padre, madre o profesor, hará que impulsen e impacten positivamente en nuestros hijos y alumnos, y sea más fácil que ellos desarrollen estos hábitos. Por ejemplo, si tu ves que tu profesora, tu padre o tu entrenadora lee libros interesantes de manera habitual, hará que sea más fácil que tu hija o alumno lea. Lógicamente estos hábitos, si se desarrollan desde los comienzos del proceso de aprendizaje, harán que todo sea más fácil. La capacidad de transmitir, recibir y generar cultura general, la solemos construir mediante diferentes tipos de culturas más específicas. Que suelen coincidir en gran medida con las asignaturas impartidas en el Sistema Educativo. Por ejemplo. - Cultura Lingüística. Gracias a la cual poco a poco vamos sabiendo el origen de cada palabra y cómo se escribe. - Cultura histórica. Que nos permiten entender los hechos universales en su tiempo, a la vez que la historia de tu país, sabiendo situarlos en la línea de tiempo. - Cultura religiosa. En la que paulatinamente vamos dominando los episodios y personajes de la Biblia o los versos del Corán. - Cultura Hispana. En la que aprendemos el legado y la huella de España en todo el mundo. - Cultura anglosajona. Es decir aprender Inglés en el contexto donde se usa. O también aprender un inglés temático situacional que se puede aprender por edades. - Cultura Matemática. Para saber el motivo por el cual usamos una operación y como se llegó a esa conclusión. - Cultura Biológica. Para saber entender cómo funciona la naturaleza dentro de un contexto. - Cultura y sensibilidad artística. Para saber percibir el arte desde bien pronto y expresar ideas y sentimientos. - Cultura literaria. Para saber ir poco a poco ir apreciando nuevas obras El factor humano es fundamentalComo seres humanos es fundamental el ejemplo, pero más importante es el proceso de «humanización». Es decir, para «hacernos» o «ser» más humanos o mejores humanos, tenemos que hablar y dejarnos guiar por nuestra madre y nuestro padres. Ellos nos explican qué quieren de nosotros y cómo alcanzarlo. Una buena educación requiere y necesita buenas conversaciones, que nos hagan mejores personas. Estas conversaciones también tienen que ser con los hermanos mayores, abuelos... o también con profesores, entrenadores y todos los que influyan en su formación. Cultivarse o formarse cuesta… ¿Cuál es el papel del esfuerzo en este proceso de formación?Este proceso requiere, lógicamente, de esfuerzo. Lo cual supone exigencia por parte de los progenitores y educadores en los hijos y alumnos, desde que son bien pequeños. Más adelante cuando empiezan a tener conciencia propia, hay que hacerles entender poco a poco, una idea que transmitía Francisca Javiera del Valle decía: «No pongáis vuestros ojos en lo que cuesta; ponedlos en lo que vale; siempre ha sido así: el costar mucho lo que mucho vale». Esto se consigue paso a paso. Es decir el hábito de trabajo hay que desarrollarlo poco a poco, a diario, pero es la clave para poder tener capacidad de aprender. Y requiere que te exijan y querer mejorar. Este hábito se forma mejor cuando desde el principio te han exigido y has puesto de tu parte. Podemos acabar concluyendo que para sacar el mejor partido a la tecnología, hay que estar bien formados o mejor dicho «cultivados». Por cierto, llegado este momento te confieso que este artículo ha sido elaborado por el autor que lo firma. Álvaro Gil es autor, entre otros de El secreto de Urdaneta y las islas de las especias. |
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