«Los orígenes de la actividad guerrillera se remontan a la Guerra Civil, cuando algunos republicanos que no quisieron exiliarse ni ser víctimas de la represión franquista buscaron refugio en las cumbres de las montañas próximas»
Julián Chávez Palacios
Bandoleros, malhechores, forajidos, criminales… Así se les llamó a las personas que huyeron a la montaña para continuar peleando contra la victoria de Franco. La palabra «maquis» procede del francés, de macchia, que alude a un campo de matorrales. No hay mejor definición: sobrevivieron y guerrearon entre matojos, en multitud de ocasiones en unas condiciones infrahumanas. Algunos se quedaron, pero muchos escaparon a Francia cuando dieron por perdida la batalla, y desde allí continuaron, se unieron a la resistencia o se buscaron la vida. Los dos últimos fueron abatidos en 1957.
La cuestión de los maquis nos sirve para estructurar todos los movimientos de resistencia que, de una forma u otra, se opusieron a la dictadura de Franco a lo largo de los años. El libro se abre con ellos, pero concluye con las revueltas estudiantiles de los años sesenta y el terrorismo del FRAP; sin olvidar el movimiento católico, el monárquico y las revueltas en las prisiones. Una recopilación de textos tan heterodoxos como lo fue toda aquella lucha.
«El movimiento universitario antifranquista alcanzó un punto álgido en la llamada IV Asamblea Libre, celebrada en Madrid del 18 al 22 de febrero de 1965, que culminó con una gran manifestación el día 24 en la capital con cientos de detenciones»
Gutmaro Gómez Bravo
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